Palabrería..........
El perfume de la muerte
que antes se presentaba espeso,
viene a mí y me envuelve
lento, lento y sin regreso.
Rodea mi cuerpo acariciando
con lejano vientre un corazón latente,
de piel seca...de arrugado rostro,
de lluvia seca con dolor hiriente.
Toma mi mano y me invita a su lecho
postrando en susurro encierro,
mi mente que se vuelve incierta
se duplica y se alimenta en el entierro.
Soy quien la mirada desdibuja
teniendo el último respiro vengo,
cuando en beso solo su caricia
me corrompe sin voz mi aliento.
Me mira la mirada fuerza
del alma perturbada,
y en son viajero
vuela mi vida a su morada.
Soy yo quien veo su manto
desteñido y fragil al viento,
ausente ya desde mi tumba
que con sombras pone incierto.
Me mira el alma y me tiembla
la voz en una espera desdeñada,
dulce y terrible sueño
que despierta la muerte soñada.
Soy quien de su mano corre
al posar que me dijeron siento,
y parar en el lugar correcto
el entierro de mi cuerpo muerto.
Era él, no cabe duda.
Siempre bajaba la por la zona boscosa hasta encontrarse son el río. Don Gollo, aquél viejo maltratado por la pobreza y por los años. Sus hijos lo habían abandonado poco después de la muerte de su esposa para irse a los gabachos. Solo y sin nadie más que un perro con el que pasaban largas horas en la cantina del pueblito, allá, en el Alamo. Lugar frondoso y lleno de una frescura envidiable....
luego continuo esto...
El cielo desapareció
para los niños de la guerra,
abriendo los brazos,
cerrando los ojos
están.
Pidiendo a Dios
un momento de paz.
Ese mismo Dios
que por un instante
se olvidó de ellos
de todos nosotros.
Y miles quieren
ver a Saddam en calzoncillos
mientras en Irak
los niños quieren ser libres
y toman su arma
para defenderse de la invasión
de aquellos que pidieron
a Dios por la guerra.
Y mi cabeza se niega
a repetir la historia
con el mismo Estado
con la política de la destrucción,
de la violencia, de la sinrazón.
Y mi cabeza solo pide
que no calles más,
por los niños, por todos.
para que muy pronto
les sea devuelto
el cielo donde nacieron.
Y tú hombre, mujer,
usa la libertad que tienes para gritar
para decirle al mundo que estás dolido,
que necesitas ver a esos niños
cambiando su arma por una sonrisa
cambiando el infierno de su cabeza
por un momento en el cielo.
El cielo desapareció
para los niños de la guerra,
abriendo los brazos,
cerrando los ojos
están.
Pidiendo a Dios
un momento de paz.
Ese mismo Dios
que por un instante
se olvidó de ellos
de todos nosotros.
Y miles quieren
ver a Saddam en calzoncillos
mientras en Irak
los niños quieren ser libres
y toman su arma
para defenderse de la invasión
de aquellos que pidieron
a Dios por la guerra.
Y mi cabeza se niega
a repetir la historia
con el mismo Estado
con la política de la destrucción,
de la violencia, de la sinrazón.
Y mi cabeza solo pide
que no calles más,
por los niños, por todos.
para que muy pronto
les sea devuelto
el cielo donde nacieron.
Y tú hombre, mujer,
usa la libertad que tienes para gritar
para decirle al mundo que estás dolido,
que necesitas ver a esos niños
cambiando su arma por una sonrisa
cambiando el infierno de su cabeza
por un momento en el cielo.
... POR UNA NOCHE
Está fría la noche ¿no?
No sé, pero no hay nada mejor
que calentarse con ella.
Cubrirse en alma y
hasta el corazón,
con dos monedas,
un cigarro
y un ron.
Esta nube pesa más que
mis ojos cansados...
que ya no quieren mirar
más allá de donde me encuentro.
En mí.
Tal vez por que me he vuelto
un recuerdo
de aquellos que me antecedieron
en esta calle vacía,
del sol que se nubla
cuando lo miro.
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EL VAGON
Aquí es donde comienzan a fundirse
el sueño. el hedor y unos cuantos rostros...
cientos.
Solos se ausentan en la ciudad
vagando impunemente ante sus sombras
se miran y se cruzan las miradas...
no hay nada.
Se siente la necesidad de llegar
a un lugar
deshabitado por sí mismo.
Los rostros se parecen a uno solo,
la misma mueca,
el mismo dolor,
la misma angustia,
el mismo temor...
y no hay para que llegar.
Entre más rápido el tren
llegue a su destino
más rápida la muerte.
Día tras día pasa lo mismo,
en la misma hora la misma gente...
el mismo vagón.
¿Qué más se puede tener en la cartera que la foto de un deseo?
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LOS GRANDES HOMBRES
CAMINAN BAJO LA LLUVIA
SIN SER VISTOS
MAS QUE POR UN TIBIO
RAYO DE SOL.
SE VUELVEN PURGATORIO Y VERDUGOS DE SI MISMOS.
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LA ESPERA
Cuando menos se le espera
llega el sentimiento de culpa,
la noche anterior viene a la memoria,
fugaz por el recuerdo.
Olor añejo,
alcohol,
gritos...
desconcierto.
No se puede aún recordar con claridad
en el día espeso.
El sol cala por fuera
y por dentro derrite.
Asfixia.
Poco a poco el cuerpo se evapora
y en un momento ya no se está.
Se van diez o quince minutos.
Una eternidad
Solo la ansiedad sigue su curso
y se hace lenta,
se evapora...
casi transparente.
Una botella vacía espera
y doce pesos en mi bolsa.
Con cuerpo y mente
sostengo un cigarro apagado.
Apenas.
El calor aumenta
como la desesperanza.
Si me levanto y doy un paso
puede que caiga.
No se puede pensar...
No se debe pensar...
El camión de la cerveza llega
y me llena de polvo.
No importa...
ahora calmaré la sed.
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Quiero matar con una sobredosis
en encierro de un día lejano.
Me he puesto de cabeza
a ver si así lograba sacudírmelo,
he invitado a los recuerdos,
a la depresión...al vacío.
Solo decadencia.
Es una maldición,
a mi vaso se le acabó el vino
y se siente deshabitado,
igual que yo.
Confundidos.
Me mira y no se que decirle.
Me viene la angustia.
Me derrota.
Lo lleno
para calmar nuestros deseos.
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I
Hoy es una buena ocasión
para mandar todo al carajo,
deshacerme de inútiles recuerdos,
de pensamientos vanos.
Hoy es un buen día
para festejar el anonimato,
para guardar silencio
y beber un buen vino.
Hoy es un buen día
para festejar la sangre de mis venas
impregnadas de un olor a viejo
que el cuerpo advierte por dentro.
Y es buen tiempo para reconocerme,
acostarme con otro cuerpo
y fundirnos en cinco tiempos
y ponernos a dormir.
Si pudiera reconocer
la metçafora que soy.
II
No veo más allá de mis instintos,
no quiero ir más allá de mis deseos,
no soy más que un solo capricho...
Solo.
Pido perdón a Dios y doy gracias al Diablo.
III
¿He estado enamorado?
Nunca
Solo aprecio el momento
de una buena borrachera.
Es un buen lugarpara estar conmigo.
IV
Cuando viajo solo veo caras
recién salidas de su empresa,
de vez en cuando un rostro juvenil
que me hace temblar.
Pero un viejo asqueroso
se masturba en su mirada.
No creo en nada ni en nadie.
Menos en el amor.
V
Ayer caminaban gentes,
hoy unas estatuas.
Mañana serán las máquinas.
Yo ya no estaré.
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¿ACASO SABES POR QUE SE FUE?
Tal vez para que yo pudiera escribir
estas malditas palabras.
¡No! No es enojo,
es mero ensimismamiento.
Se fué para que yo pudiera tener algo.
Al menos una vaga idea de la ausencia.
Al menos un poco de vida.
¿Cómo se fué?
Me di cuenta tarde,
me dí cuenta que respiraba,
que aún corría la sangre,
que mis nervios estaban adormecidos.
Al fin y al cabo
allí estaba yo sentado,
mirando sin querer,
sin odiar...
pretendiendo ser humano.
Ella sabía restaurar el alma,
yo no sabía -y aún no sé- vivir.
Sigo sentado mirando al techo derroido,
hacia las paredes desgastadas
y olores que no logran definirse.
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I
-¿Has oido hablar de Bukowski?
-¿Y ese guey quién es?
-No lo se, la gente lo menciona, periódico, la televisión.
-¿Es famoso?
-No lo se.
-¿Y porqué me lo preguntas?
-No lo se...además no importa, creo que es un alcoholico.
II
-Bueno, yo ví a Pedro Infante haciendo de alcohólico.
-Y eso que importa.
-¿Que si salen en t.v. los dos...?
-Puede ser.
III
-¡Salud!
-Ya me cagó que digas salud en cada trago.
-Pero este sí tiene sentido, va por...¿cómo dices que se llama tu amigo?
-¿Cúal amigo?...ese pinche mesero no es mi amigo.
-El no, el de la t.v.
-Ese otro tampoco es mi amigo.
-Ah...Bueno, de igual manera ¡Salud!
-¿Qué?
-¿Ya no tienes?...¡Hey mesero! ¡Otras dos!
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Gente extraña te rodea.
¡Cuídate!,
el mounstro está dentro de mí,
en mí está el arcangel.
Yo soy la oscuridad y la muestro en el día,
soy quien cree en dios para representarlo en demonio,
creo en mi infierno,
paraíso perdido.
¡Cuidado¡
Yo soy el asesino.
MAL
Observo la poesía de Mal
y lo veo en un espejo,
¡retrocede¡
no vá más allá.
¿Sabes?
Recuerdo cuando eras niño, Mal
vienes y me buscas a jugar.
No hay tiempo.
Para tí, para nadie.
Se escondió el sol ya tarde
y no te calentó, y te vió.
Y mírate Mal
como te has abandonado,
no solo, también a mi.
Campo en la batalla.
El féretro descompuesto
por tu poesía maldita,
{la que viviste}
que se arrepiente y vive
en la agonía de la muerte.
Te conocí aquel día
que la madre te parió.
¡
¿Porque callaste entónces?
¡Gritaste, solo gritaste¡
No me quieras, pero piensa
que sol te acarició.
¡Acaso una mano te sostuvo¡
¡Oh madre no lo dejes¡
¡No¡ No lo dejes así.
Mira como tiembla,
ya no puede resistir.
Pero no te comprendo.
No te he comprendido madre, no yo.
Si Mal te hiciera una caricia,
y tu respirar se agitara,
¿¡hacia dónde vas¡?
Coges un pañuelo y lo ahorcas,
tus ojos en sus ojos se están mirando,
y van lágrimas
y ya no se miran más.
Al menos, Mal no mira.
Y viene, ¡piensa¡ y retrocedes.
Mal está durmiendo conmigo ahora,
por favor, no lo despiertes que está bien,
No por favor, ¡no mamá¡
Lo he de recordar la noche entera,
y a tí, madre, te crucificaremos juntos.
Caminar junto a Mal no era fácil,
ayudarle, me ayudaba, bien, ¿cómo era?
No me doy cuenta cuando cae,
y mamá nos observa.
Mal llora, me pide perdón,
se arrepiente de haber salido conmigo.
Debiera yo pedirle perdón.
No lo maldigas mamá.
¿Recuerdas quien era el héroe?
Mal y papá se mantenían juntos.
Papá corre rápido y Mal observa,
piensa que él no puede hacerlo,
pero ríe porque papá lo hace por él.
¡Oh padre gran héroe¡
¿Porqué caíste tan temprano?
Tarde navío.
Una voz perdida en el cielo.
Allá fué Mal a buscarte.
Sin saber que no existes.
Hoy esta noche dormiremos los tres,
y mi madre mira pasmada.
Tu madre Mal.
Tu adiós.
Mira la niña como mira.
Es de noche.
No encuentra a quien contarle cuántos años tiene.
El pan y el vino
Todo quedó montado en un extraño vientre.
Olvidado.
Puede ser que solamente soñado.
